domingo, 8 de julio de 2012

Plan Z


A un mes de la toma, y con las clases reincorporándose este lunes, queda para tema de reflexión que significó esta toma para mi, estudiante de primer año.

A mis ojos, esta toma empezó sin consulta previa, fue a propuesta de nuestros "representantes", que representaron a los 60 –o menos- compañeros presentes que aceptaron tal medida como justa y necesaria, como deber y salvación para la situación en la que estaba inmersa la facultad: con un decano que lleva ya tres años en el cargo de forma fraudulenta, aunque teóricamente sea un decano encargado "legal" ya que se encuentra avalado por el rector, al encontrarse las elecciones suspendidas por la demanda interpuesta por el profesor Salazar Zapatero, tanto a la facultad como a la universidad, la cual dicho sea de paso sigue en proceso. En la práctica esta de forma ilegal en su cargo, puesto que un decano encargado no debe estar por más de 30 días como tal según estatuto, pero el sector docente que lo apoya menciona el hecho de que el proceso esta judicializado y aun no se ha dictaminado fallo alguno. Fue designado decano temporal por el ex rector Izquierdo en el 2010, pero ratificado en el cargo por el actual rector Cotillo. 


Amparándose en todo lo expuesto anteriormente se propuso y aceptó la toma sin más miramientos, sin plan B o C...y cual trampa realizada por la marca ACME todo resultó otra cosa más de lo mismo: se perdieron tantos días de clase para dejar a la facultad en las mismas condiciones con las que empezó la "toma", aunque cabe añadir los grafitis en su interior cual afán moralista que perpetró la "comisión de prensa" en la fachada de la facultad, que bien a de combinar con el verde limón que hace años impera en nuestra bien cuidada facultad. Ésta se mantuvo a puertas cerradas todo este tiempo con la finalidad de que no se realizaran clases dentro de sus bien cuidadas y actualizadas instalaciones, pero no contaban con la astucia y sagacidad de algunos que viéndola venir realizaron clases en otras facultades; pero los más realistas mandaron trabajos de 70% del promedio final.


Por otro lado, se nos dejó a nosotros, alumnos de primer año, como inocentes espectadores de una toma impuesta; valga recordar que no hubo consulta previa bajo el alegato de que bajar a las bases a concientizar haría que nuestro decano tome cartas en el "asunto" y desbarate nuestra "bien organizada" toma de facultad, dejándonos a nosotros -en su mayoría- la importantísima misión de ser parte de la "comisión de seguridad", y es que alguien se tenía que amanecer. Cabe añadir la cantidad y calidad de asambleas de las que fuimos partícipes; y es que para asambleas ayuda-memoria tuvimos muchas, recalcando en cada una de ellas nuestras falencias, tanto que para el segundo día ya se criticaba la toma y los avances de ésta, recibiendo criticas "constructivas" que al final terminaron por destruir la toma.

Y es que para gustos y colores no se han escrito autores y en corta relevancia todos queremos nuestro agosto, setiembre, y por qué no, nuestro afamado mes morado, octubre, que ni cortos ni perezosos realizamos nuestro III Congreso Internacional de Estudiantes de Historia, claro contando con la gentil diligencia del director de escuela y del actual decano para que estampen sus sellos y firmas en los certificados, estando éstos guardados a puertas cerradas de la facultad. 

Ahora con la toma ya levantada, porque según muchos no se puede sostener ya que no hace presión efectiva al rector, y puesto que a éste le valía gomina que perdamos clases o no, y viendo a última instancia la realización de un plan Z como medida de lucha con las clases reincorporándose, queda atestiguar si la posible, y con todo el deseo de mi corazón poco probable, pérdida del ciclo tenga a bien algún fructífero desenlace, por el bien de la COOGRE. 

















miércoles, 21 de septiembre de 2011

El mito de Eros y Psique



En una ciudad de Grecia había un rey y una reina que tenían tres hijas. Las dos primeras eran hermosas. Para ensalzar la belleza de la tercera, llamada Psique, no es posible hallar palabras en el lenguaje humano. Tan hermosa era que sus conciudadanos, y un buen número de extranjeros, acudían a admirarla. Incluso dieron en compararla a la propia Venus, y no advirtieron que, al descuidar los ritos debidos a esta diosa, tal vez estaban atrayendo sobre la bella y bondadosa joven un destino funesto. Venus, la diosa que está en el origen de todos los seres, herida en su orgullo, encargó a su hijo Eros: "Haz que Psique se inflame de amor por el más horrendo de los monstruos" y, dicho esto, se sumergió en el mar con su cortejo de nereides y delfines.

Psique, con el correr del tiempo, fue conociendo el precio amargo de su hermosura. Sus hermanas mayores se habían casado ya, pero nadie se había atrevido a pedir su mano: al fin y al cabo, la admiración es vecina del temor... Sus padres consultaron entonces al oráculo: "A lo más alto contestó la llevarás del monte, donde la desposará un ser ante el que tiembla el mismo Júpiter". El corazón de los reyes se heló, y donde antes hubo loas, todo fueron lágrimas por la suerte fatal de la bella Psique. Ella, sin embargo, avanzó decidida al encuentro de la desdicha.
Sobre un lecho de roca quedó muerta de miedo Psique, en lo alto del monte, mientras el fúnebre cortejo nupcial se retiraba. En estas que se levantó un viento, se la llevó en volandas y la depositó suavemente en un pradera cuajada en flor. Tras el estupor inicial Psique se adormeció. Al despertar, la joven vio junto al prado una fuente, y más allá un palacio. Entró en él y quedó asombrada por la factura del edificio y sus estancias; su asombro creció cuando unas voces angélicas la invitaron a comer de espléndidos platos y a acostarse en un lecho. Cayó entonces la noche, y en la oscuridad sintió Psique un rumor. Pronto supo que su secreto marido se había deslizado junto a ella. La hizo suya, y partió antes del amanecer.Pasaron los días por la soledad de Psique, y con ellos sus noches de placer. En una ocasión su desconocido marido le advirtió: "Psique, tus hermanas querrán perderte y acabar con nuestra dicha". "Mas añoro mucho su compañía dijo ella entre sollozos. Te amo apasionadamente, pero querría ver de nuevo a los de mi sangre". "Sea ", contestó el marido, y al amanecer se escurrrió una vez más de entre sus brazos. De día aparecieron junto a palacio sus hermanas y le preguntaron, envidiosas, quién era su rico marido. Ella titubeó, dijo que un apuesto joven que ese día andaba de caza y, para callar su curiosidad, las colmó de joyas. Poco antes de que anocheciera, Psique tranquilizó a sus hermanas y las despidió hasta otra ocasión.Con el tiempo, y como no podía ser de otra forma, Psique quedó encinta. Pidió entonces a su marido que hiciera llegar a sus hermanas de nuevo, ya que quería compartir con ellas su alegría. Él rezongó pero, tras cruzar parecidas razones, acabó accediendo. Al día siguiente llegaron junto a palacio sus hermanas. Felicitaron a Psique, la llenaron de besos y de nuevo le preguntaron por su marido. "Está de viaje, es un rico mercader, y a pesar de su avanzada edad..." Psique se sonrojó, bajó la cabeza y acabó reconociendo lo poco que conocía de él, aparte de la dulzura de su voz y la humedad de sus besos... "Tiene que ser un monstruo ", dijeron ellas, aparentemente horrorizadas, "la serpiente de la que nos han hablado. Has de hacer, Psique, lo que te digamos o acabará por devorarte". Y la ingenua Psique asintió.Cuando esté dormido, dijeron las hermanas, coge una lámpara y este cuchillo y córtale la cabeza". Enseguida partieron, y dejaron sumida a Psique en un mar de turbaciones. Pero cayó la noche, llegó con ella el amor que acostumbraba y, tras el amor, el sueño. La curiosidad y el miedo tiraban de Psique, que se revolvía entre las sábanas. Decidida a enfrentar al destino, sacó por fin de bajo la cama el cuchillo y una lámpara de aceite. La encendió y la acercó despacio al rostro de su amor dormido. Era... el propio dios Cupido, joven y esplendoroso: unos mechones dorados acariciaban sus mejillas, en el suelo el caja con sus flechas. La propia lámpara se avivó de admiración; la lámpara, sí, y una gota encendida de su aceite cayó sobre el hombro del dios, que despertó sobresaltado.Al ver traicionada su confianza, Cupido se arrancó de los brazos de su amada y se alejó mudo y pesaroso. En la distancia se volvió y dijo a Psique: "Llora, sí. Yo desobedecí a mi madre Venus desposándote. Me ordenó que te venciera de amor por el más miserable de los hombres, y aquí me ves. No pude yo resistirme a tu hermosura. Y te amé... Que te amé, tú lo sabes. Ahora el castigo a tu traición será perderme". Y dicho esto se fue. Quedó Psique desolada y se dedicó a vagar por el mundo buscando recuperar, inútilmente, el favor de los dioses: la cólera de Venus la perseguía. La diosa finalmente dio con ella, menospreció el embarazo de la joven, le dio unos cuantos sopapos y la encerró con sus sirvientas Soledad y Tristeza.El caso es que Venus decició someter a Psique a varias pruebas, convencida de que no podría superarlas; mas acudieron en ayuda de la joven las compasivas hormigas, las cañas de los ríos y las aves del cielo. La última prueba, en cambio, fue la más terrible: Psique bajó a los infiernos en busca de una cajita que contenía hermosura divina. En el camino de regreso, sin embargo, quiso ella misma ponerse un poco y, al abrir la caja, un sueño insoportable se abatió sobre ella. Y habría muerto, de no ser porque Cupido, su loco enamorado, acudió a despertarla: "Lleva rápidamente la cajita a mi madre, que yo intentaré arreglarlo todo" dijo, y se fue volando. En la morada de los dioses, a petición de Cupido, Zeus determinó que los amantes podían vivir juntos. Así que Hermes raptó a Psique y la llevó al cielo, donde se hizo inmortal. Y fueron juntos felices Eros y Psique y a su debido tiempo tuvieron una niña a la que en la tierra llamamos Voluptuosidad.